Los Origenes del Problema
La informática es una disciplina relativamente nueva, y, como toda innovación, se desarrolló sin normas ni disciplina, favoreciendo la creatividad y un rápido progreso.
Los primeros programadores codificaban sus programas sin estar sujetos a normas ISO, IEEE, ni nada parecido. La mayoría de los programas nacían como prototipos, remedios temporales, parches, etc, con la intención de reescribirlos una vez que la situación de emergencia hubiera pasado.
La informática de los años 60, 70 y 80 era una continua situación de emergencia, estrés y retraso en la entrega del sistema al usuario.
A esta situación hay que añadir lo costosos que eran la memoria y los medios de almacenamiento de datos, por lo que cualquier ahorro de espacio era objetivo principal de todo programador.
Finalmente, considerando el ambiente de temporalidad, era natural pensar que ningún programa fuera a tener una vida más larga de un par de años, cuando el programador se veía rico y jubilado anticipadamente, viviendo en alguna isla del Caribe para el final de siglo, lejos de cualquier actividad remotamente relacionada con la informática. Craso error: la filosofía de "si funciona, no lo toques" y la banalización de la profesión de informático han hecho que la mayoría de aquellos programadores estén ahora como responsables de alguna instalación cibernética, y/o que sus actividades diarias estén gobernadas integramente por sistemas informáticos.
Todas estas circunstancias son las responsables de que se adoptara universalmente que una fecha o la referencia a una fecha se definiera omitiendo los dígitos de siglo: 69 se entiende como 1969; luego, en vez de DD-MM-AAAA, bastaba con DD-MM-AA, ahorrando el espacio ocupado por 16 bits.